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Moragues defendió que el Consell ha trabajado junto a los ministerios de Economía y Hacienda y el Banco de España para que la operación no sea rechazada una vez llegue a Bruselas.
Así, el titular de Hacienda explicó que han enviado toda la información necesaria para justificar que la operación "en ningún caso distorsiona el mercado" sino que facilita el crédito y es un apoyo que beneficiará a la economía valenciana. Con todo, el Consell se la juega ante la Comisión Europea, ya que un pronunciamiento desfavorable sería desastroso para el futuro de la SGR.
Y es que en el caso de que Bruselas considerara que la ayuda a la SGR vulnera la normativa europea, la sanción obligaría a retirar el aval. Ahora bien, los tiempos que se barajan parecen largos, por lo que se espera que la SGR remonte en el periodo en el que la Comisión Europea estudia la viabilidad de la operación.
Por otra parte, la reestructuración a la que se ha sometido la SGR garantizará un funcionamiento "adecuado" de la sociedad. Moragues recordó que la Generalitat ha establecido mecanismos de control de la actividad de la SGR en dos niveles: por un parte, el IVF ejercerá las funciones de supervisión y control permanente de la sociedad y se nombrará un supervisor externo para el cumplimiento del plan de viabilidad. "A partir de ahora la SGR deberá actuar con extremada prudencia y control de riesgo para reanudar poco a poco su actividad.
Gracias a la Generalitat sobrevive la SGR", aseguró el conseller de Hacienda.
El plan de viabilidad, estructurado en 5 años y no en 10, como se había planteado inicialmente, fija unos límites en el volumen de nuevas operaciones y en el riesgo vivo de la SGR que, según explicó Buch, "puede seguir realizando operaciones con pymes de bajos importes y riesgo controlado".
Ambos consellers destacaron las dificultades que ha tenido lograr el acuerdo de refinanciación, un proceso "muy complicado y lleno de vicisitudes".
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