La egolatría de Ronaldo es su estímulo
Aunque subjetivo a causa de su pasado azulgrana, tiene razón Stoitchkov cuando afirma que a Messi se le compara con Pelé y Maradona, mientras que a Cristiano se le compara con Messi.
En ese cotejo múltiple, Messi resulta con frecuencia vencedor.
Para alguien como Ronaldo, en quien la máxima profesionalidad y la extrema egolatría se alimentan mutuamente hasta confundirse, eso es un estímulo. Si Messi y él no fuesen contemporáneos, podrían haber gozado de soberanías independientes.
Pero lo son, y de la rivalidad derivada de la coincidencia cronológica sale triunfador Messi. El propio Cristiano se rindió a su atormentado subconsciente cuando, tras la obtención de su último Balón de Oro, declaró que su meta era superar a Messi. Una confesión no solicitada de jerarquías admitidas.
Cristiano tiene prisa porque Messi es más joven. Acabará la temporada con 27 años (cumplirá 28 el 24 de junio, 18 días después de la final de la Champions, la jueguen quienes la jueguen). Cristiano contará ese día de la final 30 años y cuatro meses. Messi ha logrado más reconocimientos en menos tiempo y, dada su edad, se halla en disposición teórica de alcanzar aún más.
Por otra parte, sigue creciendo. Mantiene una altísima producción goleadora y maneja los partidos desde posiciones cada vez más atrasadas e influyentes. Es, probablemente, más futbolista que nunca. Cristiano, en el mejor de los casos, permanece igual así mismo, que no es poco. Cuando Messi pierda explosividad, será capaz de seguir impartiendo lecciones como organizador de infinitos recursos técnicos e incomparable dominio de la escena al servicio de la colectividad. Cristiano, cuyo juego se basa fundamentalmente en la potencia física a mayor beneficio de una individualidad poderosa, lo tendrá más difícil.
Ya veremos. Entretanto, y parafraseando a Churchill y su definición de la URSS como "un misterio encerrado en un enigma", disfrutemos hoy del partido de dos gigantes encerrados en dos colosos.
"En el mejor de los casos, permanece igual a sí mismo, que no es poco"
El joven Cristiano Ronaldo ha sufrido mucho, confiando en su tenacidad y trabajo duro para llegar a la posición de rey, convirtiéndose en un gran jugador respetado, quitándose el sombrero y rindiendo homenaje. La diligencia es su etiqueta, es el referente del mundo del fútbol actual.
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