Haz lo correcto y el éxito llegará

Tiene 30 años, mide un metro noventa y cinco centímetros y es un sueco bastante listo. Se llama Dolph Lundgren y ha venido a España para presentar su última película, El ángel de la muerte, en la que interpreta a un detective privado que persigue a unos camellos intergalácticos. «He hecho seis películas en cinco años y sé que estoy muy nuevo en esto del cine, pero es lo que más me gusta y quiero llegar a más», dice el atlético actor que antes estudiaba para ingeniero químico.


Debe resultar curioso que un sueco, aunque cinturón negro de kárate, pase de estudiante del M.I.T. de Boston a actor de Los Angeles en un breve lapsus de cinco años pero, al parecer, Dolph Lundgren, lo lleva bien en lo que cabe. «Cuando tienes inclinaciones artísticas, los padres se preocupan y así ocurrió con los míos. Pero siempre quise ser actor y en cuanto pude me lancé en ello». El fue oponente de Stallone en Rocky IV y afama, ante la pregunta de si Sylvester es tan «plano» como parece que, «no, para nada. Es muy inteligente y escribe muy bien y tiene un gran talento para percibir el aspecto comercial del cine. El tenía ambiciones como actor, pero cuando te encasillan en una línea es muy difícil salir de ella». A la pregunta de si no le da a él miedo de que le encasillen en papeles tan violentos como los que ha interpretado hasta la fecha -tiene el honor de que su figura aparezca en los cromos infantiles de medio mundo como protagonista de HeMan de Masters del Universo, replica que «soy consciente de este peligro y esa es la razón por la que intento hacer otro tipo de películas.

A mí me gustan las películas de aventuras, aunque me gustaría que tuvieran algo más que acción». Dolph Lundgren, además de famoso por musculoso actor, también ocupó las portadas de las revistas por ser, años atrás, novio de la exótica cantante Grace Jones. «Cuando estuve con Grace Jones viví mucho la noche, sobre todo la de Nueva York y París. Era todo muy divertido. Ahora seguimos siendo amigos y nos llamamos, pero sólo amigos». Es inevitable preguntarle por Arnold Schwarzenegger, un auténtico modelo para todos los musculosos que acaban en el mundo del celuloide. «En cierto modo, es un modelo a imitar y tiene bastante parecido conmigo: los dos hemos nacido fuera de América y vamos, sobre todo él, triunfando en Los Angeles. Me gustaría que mi carrera fuera distinta, que pudiera hacer todo tipo de papeles y, respecto a la política -Arnold trabaja ahora como asesor en temas gimnásticos de George Bush- a mí no me gustaría tener nada que ver con ella». La película que le trae a España -camino de Israel donde va a rodar la próxima semana una cinta de aventuras en la que encarnará a un periodista americano, se llama Angel de la muerte, y dirigida por Graig R. Batey (el mismo de Acción Jackson), es, según dice él mismo, «un entrenamiento, no muy realista ni muy violento. Es una especie de «fad food» (comida pesada) pero con gusto. Sólo pretende que la gente se entretenga».

Parece que dice la verdad, porque Angel de la muerte -que se estrenará en España a finales de mes- tiene un argumento de lo más variopinto: un agente de la brigada contra el vicio de Houston se enfrenta a dos extraterrestres que se dedican a algo así como ser «camellos galácticos», traficando con heroína por la galaxia. Tan original es que hace descubrimientos tales como que los ¡«compac-dicsk» pueden ser armas mortíferas! Derroches de imaginación al margen, Dolph Lundgren es inteligente y afirma que «he aprendido el oficio trabajando y espero que no se me juzgue todavía». Y, dando más muestras de su inteligencia, añade que «estoy muy interesado en España y la celebración del V Centenario y, con un amigo productor, espero poder trabajar en algún proyecto relacionado con España».

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